Cuando se termina un
libro que se ha disfrutado, queda un gran vacío, un hueco en el corazón, la solución
a esa sensación es otra lectura igualmente apasionante.
El peor enemigo de la
lectura es la pereza sobre todo al empezar a leer (un libro), el solo acto
hasta puede dar sueño, para los que no están acostumbrados, así que el antídoto
para la pereza es la disciplina de leer.